Un almirante venezolano, que luego buscó refugio en un país europeo, decía que tuvo oportunidad en un vuelo de helicóptero de tirar al mar a Hugo Chávez, lo cual, agregaba con mucha pena, habría evitado todos los horrores actuales en Venezuela y lo que ha dado lugar al éxodo de centenares de miles de ellos que se han refugiado en varios países de Hispanoamérica pero que predominantemente se asentaron en Estados Unidos, donde ahora se les acusa, sin prueba alguna, de ser criminales, violadores, miembros del Tren de Aragua...
Todo grupo social tiene entre sus miembros el equivalente de las míticas "manzanas podridas": locos, asesinos seriales, caníbales, pederastas... pero son siempre un muy bajo porcentaje, fuera de los rateros y los vividores.
El jefe de gobierno alemán, Hindenburg, que dio a Hitler las cartas credenciales como Canciller, debe de haber pensado que si lo hubiera "tirado al mar" o dejado que se suicidara después del golpe del 23, pudo haber evitado tanto el Holocausto y los millones de muertos que luego se produjeron, como inmediatamente después de la guerra el desmembramiento de Alemania y la gran destrucción ordenada por Truman, pues inclusive la capital imperial, Koenigsberg, la ciudad donde enseñó Kant y de la que nunca salió, es ahora rusa con el nombre de Kalinin.
Ya desde que fue encarcelado al fallar en su intento de dar un golpe de Estado, en su libro "Mi Lucha" ("Mein Kampf"), Hitler expuso lo que iba a perpetrar, sorprenderse por el horror que sobrevino era pecar de ingenuo. La vez primera que estuvimos en Estrasburgo los pobladores hablaban alemán; la segunda, francés.
Los hechos de la historia no pueden revertirse, pero nos dejan grandes lecciones para no apoyar a los falsos mesías.
Lo inverosímil es cuando en un país a las personas que "inquietan" al régimen les acusan de lo que está a mano, lo que a sus captores se les ocurra en el momento, sea "peculado", "incumplimiento de deberes", "enriquecimiento ilícito...". Lo siguiente de seguro va a ser "sacrilegio", atentar contra la divinidad del supremo ser al mando... los soldados, al apresar a un defensor de derechos humanos o a un reportero radial y de inmediato, al paso que vamos, lo acusarán de "sacrílego".
El bailoteo que se tiene con los venezolanos de Estados Unidos, a quienes les quieren aplicar la "deportación exprés" a uno de los gulags en El Salvador, donde la norma es la tortura, pasa por encima de lo que es uno de los fundamentos de la Civilización Occidental, la Carta Magna, que los barones hicieron firmar al Rey Juan sin Tierra en Runnymede y que establece que nadie puede ser detenido o encarcelado sin seguir un debido proceso, lo que está siendo violado en Estados Unidos y muchos otros países bajo regímenes autoritarios.
Más y más el mundo se espanta por lo que sucede en estas tierras
Un juez federal acaba de determinar que el gobierno violó una orden judicial al enviar a un grupo de asiáticos a Sudán del Sur, ¡un lejano país de África en una incipiente guerra civil al que EE.UU. recomienda no viajar!
La triste excusa de los funcionarios trumpistas fue que los deportados eran "criminales, monstruos", por lo cual no les dieron el derecho universal de defensa y se pasó sobre la orden del juez de no deportarlos. Es lo que viene sucediendo en nuestro país con el régimen de excepción con sus capturas de inocentes y otras atrocidades desde hace ya un tiempo, una práctica que dejó de ser un "problema interno", una modalidad de "El nuevo El Salvador", para convertirse en una lacra internacional, algo que no puede seguir ignorándose.
Las Naciones Unidas, el Parlamento español, las entidades internacionales que velan por los Derechos Humanos, la opinión publica fuera de nuestras fronteras, más y más se enfocan y censuran los hechos que vienen sucediendo desde ese fatídico 1 de mayo de 2021 cuando el Orden Constitucional fue desmantelado...