Racing Santander en el recuerdo de Miguel Cavada Diez

Como periodista deportivo tengo cantidad de "excusas" para recordar al mítico Racing Santander, pero hay una que va por encima de todas y es la memoria de Miguel Cavada Diez.

Miguel Cavada fue un escritor, investigador, docente español y fanático del Racing Santander, equipo que está involucrado en estos días por el playoff de ascenso a LaLiga.

Racing va contra Mirandés a doble juego para acceder a la gran final, el rival para el ansiado objetivo saldrá de la serie Oviedo-Almería.

Cavada fue mi catedrático de "Inspiración Cristiana" en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).

Una asignatura que a lo largo de los años, antes de cursarla, había quienes renegaban airadamente por su presencia "molesta" en el pénsum de la popular Licenciatura en Comunicación Social. Mi generación no fue la excepción.

Sin embargo, cuando todos nos adentramos en los quehaceres de la misma, descubrimos que si bien estaba inspirada en el Santo Evangelio, la mayor preocupación de esta era la de transmitir con fuerza los valores totales del mismo.

Valores prácticos, tangibles, realizables, sin recurrir a menudo a la Santa Palabra. De manera que estos permeen en el devenir profesional de todos los estudiantes y futuros licenciados, aunque ellos no la leyeran nunca más de nuevo.

Así que tras protestas previas sin sentido y conocimiento -por parte de una comunidad menor de estudiantes del Ciclo 02-2006 del curso- la opinión nada formada que algunos tenían de la materia se transformó drásticamente con el "trotar" de las clases.

Aunque casi nadie se convirtiera o naciera al Cristianismo por cursarla, las enseñanzas de Miguel Cavada Diez cimentadas en la Verdad se alojaron en el corazón de todos los estudiantes.

Una vez alguien, quien se pasaba de futbolero y ventilado, osó en preguntar a Cavada en plena cátedra dentro de una de las aulas magnas ¿de cuál equipo es usted hincha en LaLiga?

El catedrático respondió sin meditarlo: "Racing Santander, que juega en "El Sardinero", ese es mi equipo".

A partir de entonces en cada sesión de Miguel alguien le recordaba de forma valiente -o imprudente- cómo había salido Racing tras la más reciente jornada de liga española disputada.

Muchas veces, no pocas, sorprendían regularmente a Cavada con el dato antes de iniciar la clase; ya que sus fines de semana estaban colmados de menesteres. Tanto, como para no enterarse ni por internet cómo salió Racing de su cotejo más inmediato.

Si el equipo perdía sus ojos se entrecerraban casi de ley y su mirada apuntaba hacia abajo, si ganaba los abría con gran júbilo y sonreía tiernamente, o también ponía su boca en forma de "O" antes de reír bajito.

Poquísimos foráneos -y salvadoreños- pueden igualar lo que Miguel Cavada Diez logró conocer de San Óscar Arnulfo Romero, el docente ibérico fue vital para recopilar en vivo inumerables homilías del santo cristiano.

También transcribió todas las presenciadas, todas, cientos de cientos; para luego así dar a conocer el mensaje del pastor y mártir salvadoreño en diversidad de soportes.

A raíz de esa labor Miguel Cavada fue consultado serialmente por toda clase de organizaciones, institutos e investigadores durante años; el primero de contados "Romerólogos" en El Salvador y el mundo entero.

Una palabra más que autorizada para profundizar nada menos que sobre las enseñanzas de San Óscar Romero... ayer, hoy y siempre. Sin sesgos.

Miguel era como bien decimos en El Salvador, todo un "Pan de Dios". Un docente entregado, muy amable, cercano, sereno, honesto, profesional y de gran espíritu humano.

Qué dicha fue no inscribir en la otra sección la cuestionada "Inspiración Cristiana" para poder coincidir con él, de lo que me hubiese privado con tan malísima decisión.

A Miguel no le generaba placer reprobar estudiantes, como sí le ocurría a muchos otros de sus colegas en la Facultad.

Cavada encarnaba lo que gozaban o sufrían sus alumnos. Así es como -entre tantos otros escenarios- aplicaba frente a nosotros y correctamente la inspiración cristiana, sin tregua. Parciales, laboratorios, tareas...

Pero ¿qué era de Racing Santander en aquellos días? Algún imprudente diría que a ese equipo no lo conocía nadie por aquí en ese entonces, "cualquier cosa"... Menuda bocota tienes, gilipuertas.

Aquellos días en los que Cavada me impartía la asignatura el modesto Racing Santander no tenía porteros muy notables; es que Toño y Calatayud hacían lo que podían.

Pero en la defensa sí que ya encontrábamos personajes como el "Doctor" Pablo Alfaro... un mala sangre en toda regla, o a Ezequiel Garay, subcampeón del mundo con Argentina y titular en la final de Brasil 2014.

También estaba Felipe Melo, otro "carnicero" de cepa, famoso por contar con la destreza de operar en cancha sin más instrumentos que cualquiera de sus extremidades inferiores.

En la media estaba un tal Lionel Scaloni, un argentino de cierta reputación a nivel mundial como entrenador de selecciones. Ya saben.

Arriba, una dupla muy asimétrica: los delanteros Nicola Zigic y Pedro Munitis.

Un serbio quien rebasaba los dos metros y un español quien no llegaba ni al 1.70m, pero justamente a lo lejos parecía contar con la mitad de su estatura. Ya se imaginan cuál era la jugada más ensayada de este simpático par.

Qué hubiera dado por compartir con Miguel Cavada viendo la tevé para disfrutar de su amado Racing, que terminaría contra quinielas en aquella temporada décimo en LaLiga. Honroso sitio para una escuadra de muy bajos recursos.

En infinidad de ocasiones donde hablo solo, cada vez que lo recordaba en voz alta a Miguel por la razón que fuese -académica o no- siempre decía esta frase: "Para una persona diez, Miguel Cavada Diez".

El cáncer nos arrebató años más tarde a Miguel, en 2011; el último año completo en que Racing disputó la apodada "liga de las estrellas".

Los montañeses descenderían a la segunda en 2012 y desde entonces no volvieron a aparecerse en el máximo circuito español de balompié...

Pero ahora están más cerca que nunca de la hazaña. Muy.

La última vez que platiqué a solas con Miguel fue en 2007, cuando me regaló un calendario del "Equipo Maíz" cargado de imágenes cristianas en "Arte Quilt"; lo fui a buscar a su oficina y primera casa, el mismísimo Centro Monseñor Romero en la UCA.

Un abrazo hasta el cielo para ti Miguel, un extraordinario en lo ordinario. Personaje fundamental de la historia salvadoreña y su rica Fe.

Dile a Jesús, Miguel, que un día le ruego, nos reecontremos los tres.

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